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martes, 4 de enero de 2011

¿qué es exactamente la autolesión?

Para entender la AL
Clasificación de la Auto-Lesión

Todos llegamos hacer cosas que no son buenas para nosotros y que nos hacen daño. También hacemos cosas que nos hacen daño físico pero que su intención principal es para algo diferente. Algunas formas de hacerse daño son culturalmente sancionadas mientras que otras son vistas como patológicas. ¿Cuál es cuál?

Para distinguirlos se puede analizar si el hacerse daño es deliberado y causa un daño físico de inmediato. Por ejemplo, cortarte, quemarte o pegarte con un martillo son claramente actos de auto-lesión inmediata y deliberada. En cambio el fumar, los problemas alimenticios, el no hacer ejercicio, etc. son actos que hacen daño a la larga pero en el momento de hacerlos no se busca un daño inmediato. Ahora bien, ¿dónde quedan los tatuajes y el piercing (hacer perforaciones para aretes, anillos, etc)?

El primer paso para clasificar la autolesión, como lo demostró Favazza (1996), es decidir qué tipo de autolesión es patológica y qué tipo es culturalmente sancionada.

La autolesión que es socialmente sancionada se divide en dos grupos: Rituales y Prácticas. Modificar el propio cuerpo (tatuajes, piercings, etc) puede caer en cualquiera de estos dos grupos.

Los Rituales reflejan una tradición cultural, y normalmente tienen una fundamentación simbólica, y representan una forma en que el individuo se conecta con su comunidad. Los Rituales pueden tener el propósito de curación, de expresión de espiritualidad, o para fines de demostrar un orden social. En cambio las Prácticas tienen poco significado cultural o simbólico y muchas veces son una respuesta a lo que está de moda. Las Prácticas se hacen con fines de decoración y/o para identificarse con un grupo cultural.

La auto-lesión patológica se puede clasificar en: fines de suicidio, auto-mutilación (que se subdivide en mayor, estereotípica y superficial / moderada), o en conducta enferma.

Kahan y Pattison (1984) identificaron tres componentes en los actos de autolesión: dirección, letalidad y repetición.

Dirección

Se refiere a que tan intencional fue la conducta. Un acto con intención es aquel que se logra en un lapso de tiempo corto, se está consciente de los efectos dañinos que tiene y propositivamente se busca lograrlos. De no ser así, se considera un acto indirecto de auto-lesión.

Letalidad

Se refiere a la posibilidad de que el acto resulte en la muerte, ya sea de inmediato o en un futuro próximo. En un acto letal casi siempre la intención es la muerte. Si no se quiere o se piensa en la posibilidad de morir, el acto no tiene el componente de letalidad.

Repetición

Se refiere a si el acto se hace una vez o se repite con frecuencia por un período de tiempo. Si el acto se considera repetitivo es que se realiza varias veces.

Diversidad en la auto-lesión

Favazza (1986) clasifica a la auto-lesión en tres tipos:

1. Auto-mutilación mayor (incluye cosas como castración, amputación de miembros, sacarse los ojos, etc.) es un fenómeno poco común y normalmente está asociada a estados sicóticos.

2. Autolesión estereotípica incluye acciones como golpearse la cabeza rítmicamente contra una pared, etc. Este tipo de AL se presenta principalmente en personas con retraso mental, autistas o sicóticos.

3. Autolesión superficial o moderada. Este tipo de Al es el más común y es del que se trata este sitio. Incluye cortarse, quemarse, rascarse hasta sangrar, arrancarse el pelo, romperse huesos, pegarse, lastimarse sobre una herida deliberadamente, interferir con la saneamiento de una herida, y casi cualquier método en que uno mismo se infrinja daño físico. En estudios clínicos y en una encuesta informal, el acto más popular fue el de cortarse, y los lugares más comunes fueron las muñecas, parte alta del brazo, y la parte interior de los muslos. Mucha gente ha usado más de un método, sin embargo prefieren uno sobre los otros, y casi siempre se dañan en los mismo lugares.

Auto-lesión compulsiva

Favazza (1996) subdivide a la auto-lesión superficial/moderada en tres tipos: compulsiva, episódica, y repetitiva.

La autolesión compulsiva tiene diferencias de carácter en comparación con las otras dos, y está asociada con el desorden obsesivo-compulsivo. El auto-daño compulsivo incluye el arrancarse el pelo (tricotilomanía), fricción excesiva de la piel, y excoriación cuando se hace para remover defectos percibidos en la piel.

Estos actos pueden se parte de un ritual obsesivo-compulsivo con pensamiento insistentes: la persona al hacerse daño trata de aliviar la tensión y prevenir algo terrible que piensan puede pasar.

La autolesión compulsiva tiene una naturaleza diferente y raíces diferentes de la auto-lesión impulsiva (episódica y repetitiva)

Auto-lesión impulsiva

Tanto la autolesión episódica como la repetitiva son actos impulsivos, y la diferencia entre ellos tiene que ver más con el grado o nivel de hacerlo.

La auto-lesión episódica es una conducta llevada a cabo tan a menudo que la persona que lo hace ni lo piensa y no se consideran como gente que se hace daño. Generalmente es un síntoma de algún otro desorden psicológico.

Lo que empieza como una auto-lesión episódica puede escalar hasta llegar a ser repetitiva. Muchos terapeutas (Favazza and Rosenthal, 1993; Kahan and Pattison, 1984; Miller, 1994; entre otros) consideran que la auto-lesión repetitiva debería estar clasificada por separado en el Eje I como trastorno del control de los impulsos no especificados.

La auto-lesión repetitiva se caracteriza por conscientemente considerar el hacerse daño incluso aunque se lleve a cabo, y las personas se identifican a sí mismas como gente que se autolesiona.

La autolesión episódica se vuelve repetitiva cuando lo que inicialmente era un síntoma se vuelve una enfermedad en sí misma (como se puede constatar en mucha gente que se hace daño y describe a la auto-lesión como ‘adictiva’). Es impulsiva por naturaleza, y normalmente se convierte en una respuesta reflejo a cualquier tipo de estrés, positivo o negativo. Así como los fumadores que agarran un cigarro cuando se sienten abrumados, los que se auto-lesionan de manera repetitiva agarran un encendedor o una navaja, o un cinturón cuando ya no pueden soportar una situación.

En un estudio de bulímicos que se autolesionan, Favaro y Santonastaso (1998), utilizaron una técnica estadística llamada análisis factorial para distinguir entre los actos compulsivos de naturaleza y los impulsivos. Reportaron que el vomitar, morderse las uñas de manera severa y jalarse el pelo estaban cargados con un factor compulsivo. En cambio, intentos de suicidio, abuso de substancias, abuso de laxantes, cortarse la piel y quemarse estaban cargados de un factor impulsivo.

Los actos de auto-lesión ¿se deben de considerar como intentos manipulativos de suicidio?

Favazza (1998) es muy categórica y definitiva cuando afirma que “la autolesión es diferente al suicidio. Revisiones de importancia han apoyado y sustentado esta diferencia. Algo básico de entender es que la persona que realmente intenta suicidarse busca terminar con toda emoción, en cambio la persona que se autolesiona busca sentirse mejor”

Aunque algunas veces a las conductas de autolesión se les llama “parasuicidas”, la mayor parte de los investigadores reconocen que la gente que se hace daño generalmente no tiene la intención de morir como resultado de sus actos, sino que busca sobrevivir y le ofrece un alivio a su malestar. En contraste “se ha reportado que intentos de suicidio no proveen alivio, no se repiten frecuentemente y no tienen un valor comunicativo menor” (van der Kolk et al., 1991). Ahora bien, hay casos en que pacientes que se autolesionan sufren de se excluidos por la sociedad y por desesperación puede que intenten suicidarse.

No obstante los actos de auto-lesión no son un intento de suicidio, puede llevar a idear un suicidio, o incluso cuando un autolesionador se le pasa la mano, llegar a suicidarse.

Herpertz (1995) hace notar que la gente que se autolesiona distingue de manera precisa entre los actos de autolesión y los suicidas. Solomon y Farrand (1996) dicen que “aunque los actos de auto-lesión y los suicidas se confunden, su significado es distinto. Lo que emerge es una liga entre los dos actos: la autolesión es una alternativa al suicidio, y es una alternativa preferible”.

En una revisión de la literatura, Favazza (1998) señala que es únicamente recientemente que la auto-lesión se le reconoce como una manera enferme de manejar emociones, la cual se podría convertir en suicidio cuando el paciente siente que ya no tiene escape o alternativa. Nos dice que “tradicionalmente se a trivializado (corte suave de las muñecas), mal-identificado (intento de suicidio) y considerado como un síntoma (de la personalidad limítrofe)”, cuestión que tiene que cambiar al ir informando a los profesionales de la salud.

Otra referencia que apoya lo distintivo de la naturaleza de un acto de autolesión, viene de un estudio de diagnóstico psiquiátrico entre gente que se auto-lesiona en contraste con la gente que intenta suicidarse (Ferreira de Castro et al., 1998). En el Eje I, 14% de auto-lesionadores (AL) fueron diagnosticados con depresiones mayores, opuesto al 56% de los que intentaron suicidarse (IS). Con respecto a la dependencia al alcohol, 16% de AL fue diagnosticado en contrate con 26% de IS. Únicamente el 2% del grupo de AL se les consideró esquizofrénicos y del grupo IS, al 9%. Fue más común que el grupo de AL un trastorno distímico (12% vs. 7%), o bien de ser diagnosticados con trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo (24% vs. 6%). Claro que el hecho de que el grupo de los que se intentó suicidar pudo influenciar el diagnóstico relacionados con la depresión.

El estudio reveló que las personas que se hacen daño para morir y las personas que se hacen daño para poder lidiar con su estado emocional, presentan perfiles psiquiátricos muy diferentes.

Encuestas informales vía el Internet demuestran que muchos de los que se auto-lesionan están muy conscientes de la cuerda floja por la que caminan, y también muy resentidos con los médicos y profesionales de la salud mental que confunden los incidentes de autolesión por intentos de suicidio, sin darse cuenta que es un intento desesperado de no suicidarse

¿Es lo mismo la Auto-lesión que el síndrome de Munchausen u otros similares?

Una vez más la respuesta es NO. Poca investigación se ha realizado entre la vínculo entre AL y Munchausen o síndromes similares, sin embargo profesionales de la salud confunden ambos.

En la AL, la persona se hace daño para escapar de una tensión emocional y fisiológica que no puede soportar; en Munchausen las heridas que se provocan son deliberadas y calculadas para producir síntomas específicos logrando así ser admitidos en un hospital. Aunque algunos de los que se autolesionan desean la hospitalización, es casi siempre a la sección psiquiátrica y no a piso general. Pacientes con Munchausen, por otro lado, le huyen a cuidado psiquiátrico y buscan ser admitidos a un hospital general.

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