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martes, 4 de enero de 2011

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**presentaciones y ejercicios

Presentaciones powepoint hechas por mimisma. Espero que os sirban de ayuda.

**Aqui os cuelgo unos enlaces sobre les emociones que mas cuestan de manejar e identificar i algunos ejercicios para superarlo. Algunas son tambien para que os ayuden a dar el paso a dejar la auto-lesion. Se trata de unos Powerpoints sencillos y esquemáticos para hacer más fácil su comprensión.Espero que os gusten y os ayuden!

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     ->EL MIEDO --> http://www.megaupload.com/?d=PRXTJF8M

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**RESUMEN:presentación Power Point sobre la AL La presentación incluye un resumen de toda la información. Espero que os guste->http://www.megaupload.com/?d=PRXTJF8M

 

**AMIGOS Y FAMILIARES: Presentación powerpoint sencilla y resumida para aquellos que tengan un ser querido que se hace daño o cualquiera que quiera saber de qué trata este comportamiento.->http://www.megaupload.com/?d=PRXTJF8M


 

** LIBRO SOBRE AUTOLESIÓN 


LIBRO: La autolesión: el lenguaje del dolor.

AUTOR/ES: Mª. Dolores Mosquera Barral

ISBN: 9788493464561

AÑO: 2008

EDICION: - 1

IDIOMA: Castellano

ENCUADERNACIÓN: Rústica

PÁGINAS: 212

DIMENSIONES: 25x20 cm

PUNTOS CLAVE:
Dar significado al dolor no ha sido un tema fácil; entender que hay personas que se lo autoinfligen dificulta aún más la comprensión, si lo único que sabemos de él es que todo el mundo lo evita y teme sufrir. Pues, ¿qué sentido tiene generarse dolor físico para evitar un sufrimiento psicológico mayor?, ¿cómo una persona puede llegar a crear esta necesidad en la que a veces, ocultando sus lesiones, tira por tierra el argumento de que intenta llamar la atención? El presente manual explica, a través de casos y testimonios reales de pacientes, cómo muchas veces el origen de la autolesión es mucho más inocente de lo que los demás interpretan y no tiene que ver, en gran parte de las ocasiones, con un juego relacional en el que el paciente pretende manipular y conseguir beneficios de las personas de su entorno más cercano. La autolesión se presenta aquí como respuesta a todas estas preguntas, dándole un sentido coherente al sufrimiento y a las conductas autolesivas; como medio para dejar de sentir, de sufrir, pero sobre todo como una alternativa a la muerte y al suicidio. Dolores Mosquera, en su incesable búsqueda e inquietud por conocer los más complejos sentimientos y comportamientos del ser humano, acerca al lector a la autolesión de una manera sencilla y de fácil comprensión, deteniéndose en cada motivo y discriminando este acto de la aparente relación y fácil confusión con el comportamiento suicida. Además de profundizar y matizar en los distintos medios y formas de autolesión, no olvida los fines, esenciales para poder abordar e intervenir en un tratamiento eficaz: a veces, como medida de control y regulación emocional; a veces, como señal de identidad; en otras, como medio de expresión emocional, en donde la ira, la culpa o el castigo se convierten en los protagonistas; y, en otras ocasiones, como dificultad para asumir o diferenciar responsabilidades. Todos estos aspectos hacen del presente manual un libro imprescindible para los profesionales en el trabajo en clínica con pacientes que se autolesionan, además de una ayuda fundamental para la comprensión de los familiares e incluso para los propios pacientes que, careciendo de otros recursos y habilidades tanto de comunicación como de expresión emocional, optan por la autolesión como una medida que, aunque desesperada y desadaptativa, les permite sobrevivir y regular sus emociones.

En el siguiente enlace os podéis descargar el libro de Dolores Mosquera:

http://www.box.net/shared/h6vq1bvo4g
 

 

Primeros auxilios

 ¿Te Autolesionas?
Primeros Auxilios


En caso de heridas graves, pide ayuda médica. En esta sección ofrecemos sugerencias que brinda la Cruz Roja para tratar lesiones leves en casa.

*Si ya te lastimaste y necesitas saber como cuidar de tus heridas, esta lista de lo básico de primeros auxilios te puede servir. Este no es un sitio médico.

*Lo primero y más importante y a la vez más difícil de recordar cuando ya te lastimaste es de NO JUZGARTE. Ya hiciste algo que a lo mejor hubieras preferido no hacer, cosa que le pasa a millones de personas.

*El hecho que la mayoría de la gente no entienda lo que es la autolesión no te hace una persona mala o tonta o loca. Más bien te hace una persona que todavía no conoce una mejor manera de manejar su angustia, temor, tristeza. NUNCA te niegues a ti misma ayuda médica: la necesitas y te la mereces.

*Hay veces que el resultado de autolesionarte puede ser tratado de manera segura en casa. Sin embargo, si presentas síntomas de infección o bien tus remedios caseros no logran sanar bien la herida, acude de inmediato a ayuda médica. Aunque resulta incómodo explicar que fue lo que pasó, no vale la pena perder una extremidad o inclusive morir solamente por evitar la vergüenza.

Situaciones en las que debes de llamar a un médico

• Cuando la hemorragia es exuberante (ésta es una situación de emergencia).

• Cuando la hemorragia es lenta pero dura más de 4 a 10 minutos.

• En el caso de cuerpo extraño en la herida que no se desprende fácilmente con el lavado.

• Si la herida es puntiforme y profunda.

• Si la herida es ancha y larga y necesita ser suturada.

• Si se han cortado tendones o nervios (particularmente heridas de la mano).

• En caso de fracturas.

• Si la herida es en la cara.

• Si la herida es tal, que no puede limpiarse completamente.

• Si la herida ha sido contaminada con polvo, tierra, etc.

• Al primer signo de infección (dolor en aumento, enrojecimiento, hinchazón - sensación de pulsación o de que sale calor de la herida, fiebre).

• Cualquier lesión en los ojos.


Shock

Cortadas y quemaduras graves pueden causar que tu cuerpo entre en estado de shock. La pérdida de fluidos causa que el cuerpo tenga que reducir el torrente sanguíneo a las extremidades para proteger los órganos vitales. Básicamente lo que pasa es que tu cuerpo empieza a dejar de funcionar: si no se trata el estado de shock te puedes morir.

Síntomas:

• Irritabilidad y estar inquieto

• Conciencia alterada (mareo, nausea, sentir que uno se desmaya)

• Palidez, estar frío y húmedo

• Respiración rápida

• Pulso rápido


Tratamiento:

1. Llamar a una ambulancia de inmediato.

2. Recostarse

3. Controlar sangrado externo

4. Si se tiene frío, cubrirse con una cobija

5. No comer ni beber nada


Heridas y Raspones

En el cuidado de heridas en la casa, es importante evitar la infección.

• Nunca pongas tu boca en contacto con una herida. En la boca hay muchas bacterias que pueden contaminar la herida.

• No uses pañuelos, trapos o dedos sucios en el tratamiento de una herida.
• No pongas antisépticos sobre la herida.

• Lava inmediatamente la herida y áreas cercanas con agua y jabón.

• Sostén firmemente sobre la herida una gasa esterilizada- hasta que deje de sangrar. Luego pon una gasa nueva y aplica un vendaje suave.

Si no logras para el sangrado:

1. Lo primero es tratar de presionar con gasas o servilletas, directamente en la herida. Después coloca un objeto largo sobre la herida, como una bola de calcetines, y pon una banda alrededor.

2. Mantén la herida arriba del nivel del corazón.

3. Deja pasar 10 minutos. Si sigue sangrando, vuelve a ponerle gasas limpias y acude a urgencias. Si empiezas a sentir los síntomas de shock, llama una ambulancia de inmediato.

4. Si ya dejaste de sangrar, coloca una bolsa fría en la herida por diez minutos. Lava la herida, coloca una gasa y una venda alrededor. Cambia la gasa dos veces al día.

5. Si ves que tu herida está roja o sientes calor saliendo de ella, significa que tienes una infección. Tienes que ir al médico. Otros síntomas de infección son: aumento de dolor y fiebre. Si empiezas con fiebre tienes que de inmediato pedir asistencia médica.

6. Toma mucho líquido, para ayudar a regenerar la sangre que perdiste. Si después de tomar agua te sigues sintiendo mareada, consulta un doctor.

***¿Cuándo se requieren puntos?

El criterio que la mayoría de los médicos utilizan es el siguiente:

• Cortadas que no dejan de sangrar

• Cortadas que miden más de medio centímetro en manos, cara, pies o genitales

• Cortadas en la boca que miden más de un centímetro

• Cortadas en el cuerpo por las que se puede ver el tejido/grasa

Si de plano no quieres ir al médico, consigue unas curitas especiales que ayudan a cerrar la herida. Se cosen las cortadas principalmente para que dejen de sangrar y para reducir la cicatriz.

Quemaduras

Quemadas graves que requieren de atención médica inmediata con aquellas en las que:

• Hay dificultad en respirar

• Más de una parte del cuerpo está quemada

• Cuando la quemada es en cabeza, nuca, manos, pies o genitales

• Quemaduras de tercer grado

• Quemaduras por agentes químicos, por explosión, por descarga eléctrica

Tratamiento:

1. Pon el área quemada bajo un chorro de agua fría por 15 minutos

2. NO pongas ningún ungüento ni NADA sobre la quemada

3. No rompas las ampollas

4. Cubre la quemada con una gasa

5. Si la ampolla se rompe, lava y ponte una gasa


Quemaduras de primer grado: Son las que únicamente enrojecen la piel. Son tratadas fácilmente en casa. Mantén el área húmeda y cubierta.

Quemaduras de segundo grado: Cuando enrojecen y ampollan la piel. Si son de tamaño mediano o grande, requieren atención médica

Quemaduras de tercer grado: Son las más graves pues la piel se deshace y deja expuesta la carne viva. Normalmente se infectan; esto puede causar daños mayores y requieren de atención médica. El tratamiento es muy muy doloroso inclusive con la anestesia local, y muy desagradable. Además si se llega a infectar después de la curación (cosa común) tienen que hacerlo de nuevo: primero te quitan la piel y los nervios muertos y duele. Después con un instrumento que parece pela papas te levantan una sección de tu piel de un lugar donde no esté quemado para injertarlo en la quemada.

Con quemadas de tercer grado o graves de segundo grado tienes que pedir asistencia médica.

Moretones y torceduras

Si un moretón o torcedura se hincha y duele, no puedes mover la parte afectada
Si alguna articulación/hueso están fuera de lugar vas a tener que ir al médico

El tratamiento es el mismo que usan los deportistas:

Descanso – Hielo - Compresión (una venda) - Elevación

Dolor

Lo mejor es el Tylenol. Ten cuidado de no excederte ya que podrías estar ocultando una fiebre, la cual es importante para saber la gravedad de la herida.
Si el dolor persiste por varios días, hay que visitar a un médico.

Para familiares y amigos

Familia y Amigos
Introducción

¿Qué hacer si alguien cercano te cuenta que se está autolesionando?, ¿Qué tal si te das cuenta que un conocido o ser querido se está haciendo daño?

Independientemente de la forma en que lo hayas averiguado, ahora ya lo sabes, y no puedes fingir lo contrario - tienes que responder de algún modo. A continuación te mostramos algunas pautas para enfrentar la conducta de auto-lesión de algún miembro de la familia o un amigo.

Primero te recomendamos leas partes de este sitio. Puedes empezar con elResumen del sitio o bien la Guía Rápida para que tengas una idea de qué es la autolesión y qué implica hacerse daño. La autolesión es una conducta difícil de entender, y por la falta de información muchas veces tenemos ideas incorrectas de lo que es. Para poder ayduar a tu hija, a tu novio, a tu amiga, lo primero es entender la conducta.

Nuestra primera reacción es casi siempre pedirle a la persona que se autolesiona que lo deje de hacer. Te recomendamos leer la parte de Viviendo con la AutoLesión para que tengas un poco más de idea de lo que implica dejar de autolesionarse.

En esta sección viene un resumen de lo que es la conducta, tres cuestiones que tienes que considerar: lo que sientes, lo que piensas y lo que haces al respecto.

Lo que llegas a sentir

(Este material es una adaptación del libro “The Scarred Soul: Undestanding and Ending Self-Inflicted Violence” de Tracy Alderman)

Cuando uno se entera de que una persona se autolesiona es muy común llegar a sentir:
- shock (conmoción) y negación
- enojo y frustración
- empatía y tristeza
- culpa

Shock y Negación

Debido a que la autolesión es una conducta “secretiva”, es muy probable que te impresiones y entres en shock emocional cuando te enteras que tu hija, tu novio, tu amiga se hacen daño. Uno no se da cuenta de los signos de la autolesión, como el usar manga larga, o no usar shorts. Probablemente uno no se sienta a reflexionar acerca de los rasguños o heridas que aparentemente se produjeron por supuestos “accidentes”. La autolesión es una conducta que se presta al secreto: se hace en la soledad y los resultados se pueden disimular o esconder con facilidad, es muy difícil de contar y de entender. Puede ser que viendo hacia atrás te das cuenta que estaban ahí muchos signos de que se estaba autolesionando, y que en el momento los ignoraste o los negaste. Por esto cuando uno finalmente se entera de que un ser querido se auto-lesiona se entra en shock.

Muy de la mano al shock, viene la negación. Es casi imposible para un ser humano recibir de golpe el sufrimiento que nos rodea. Para sobrevivir tenemos que negar la presencia de mucha de la tristeza y horror que nos impacta. Si no fuéramos capaces de negar o minimizar la enorme cantidad de hambruna, de enfermedades, de pobreza, de devastación y de violencia que existe en el planeta, lo más probable es que estuviéramos en un estado constante de depresión. Entonces la negación puede ser una respuesta apropiada, útil y a veces necesaria.

En otros casos, la negación perjudica, como sería en el caso de la autolesión. Si te das cuenta en un momento dado del dolor emocional de alguien cercano y niegas que lo siente, le haces más mal que bien. Tu amigo o familiar que se auto-lesiona está sufriendo emocionalmente. Al negar este sufrimiento lo que le estarías comunicando es que no estás interesado, no estás dispuesto a ayudar o que no entiendes. Por lo tanto es muy importante que cuando te enteres que tu ser querido se está autolesionando, hagas lo mejor posible para no negarlo. Esto no es fácil, y se requiere de poder estar en contacto con tus propias emociones. Más adelante damos algunas ideas de cómo lograr darse cuenta de lo que uno siente, para no negarlo y estar listo a ayudar.

Enojo y Frustración

El enojo es una respuesta muy típica cuando un ose entera que su familiar o amigo se están haciendo daño. Hay muchas razones por las que uno reacciona con enojo.

La primera razón es que el enojo que uno siente al enterarse, es una consecuencia del engaño que rodea a la autolesión. Muchas veces la gente que se autolesiona nos miente acerca de la causa de sus heridas. El engaño les sirve para reducir los sentimientos de vergüenza y para resguardase de las reacciones de enojo, horror y rechazo de los demás. Y cuando sale a la luz el engaño, lo que pasa es que en efecto, produce exactamente esas reacciones a las que le temen. Y es natural que se sienta enojo o desconfianza de alguien que te ha mentido porque de alguna forma te sientes traicionado y engañado. Incluso puedes no entender las razones del engaño y sentirte aun más irritado. La necesidad del engaño la consideras como una falta de confianza y de abertura entre tu y el que se auto-lesiona, y eso duele y enoja. Esta es una de las razones por la que la gente que se auto-lesiona lo trata de mantener en secreto: se hace in círculo vicioso.

me hago daño


si alguien se entera se va a enojar y me va a dejar de querer



lo escondo y mejor miento

me siento solo y culpable

me hago daño

Entonces, es natural sentir enojo. Hay que reconocerlo, aceptarlo, manejarlo para que después podamos transmitirle a nuestro amigo o familiar que lo queremos y queremos lo mejor para el o ella.

La segunda razón de enojarse es el de creer que la autolesión es innecesaria. Saber que alguien se hace daño físico es muy frustrante. Te encuentras queriendo regañar o forzar a la persona para que deje de hacerlo. La frustración surge de la incapacidad de controlar la conducta de otros. Pero, así no te guste lo que hace la otra persona, y no importa cuanto trates de controlarla, nunca lo vas a lograr.

La auto-lesión, a diferencia de muchos otras conductas auto-destructivas, produce evidencia visible. La evidencia física de las actividades de auto-lesionarse te obligan a darte cuenta hasta que punto no puedes hacer nada para cambiar esta conducta. El darte cuenta de esta incapacidad de controlar la conducta de alguien que quieres y que se está haciendo daño provoca frustración y enojo.

Empatía y Tristeza

El lograr entender el nivel de sufrimiento de alguien es una arma de doble filo. Por un lado, te permite ser de ayuda. Por otro lado, te puede llegar a afectar tanto, que te puede causar tristeza y un dolor profundo igual que la persona a la que está tratando de ayudar y entender.

Ser empático significa tener la habilidad de entender la perspectiva y la situación de otra persona. Cuando eres empático, eres capaz de entrar al mundo emocional del otro. Es como si lograras ver al mundo desde la perspectiva de la otra persona. Claro que es imposible tener la perspectiva total y acertada de otra persona, pero con empatía se puede llegar a tener una comprensión global de la situación en la que se encuentra la persona.

La gente que se autolesiona experimenta un agobio psicológico insoportable. Entender la naturaleza de este sufrimiento ayuda para poder apoyarlos. Hay veces que al empatizar hacemos contacto con el dolor del otro y por ser una persona que amamos nos es difícil no sentir ese dolor y esto causa mucha tristeza. Por eso la tristeza puede ser resultado de la empatía.

Ahora bien, la empatía es muy diferente a compadecernos de la otra persona, lo cual implicaría que nosotros somos superiores y ellos inferiores. Suponemos que sabemos que es lo mejor para la otra persona y suponemos entender lo que le está pasando. Esto limita la comunicación y la comprensión de l oque pasa. Por ejemplo, una persona que se acaba de hacer daño, a lo mejor se siente bien ya que fue una acción que le permitió sobrevivir a la situación que le estaba pasando. Desde un punto de vista de compadecernos por ella, pensamos que lo que hizo es acto de desesperación, negativo y sin utilidad. En cambio desde un punto de vista empático, podemos apreciar que en ese momento era su única salida, y que en un futuro lo que requiere es de otras herramientas para poder manejarlo de una manera más sana y productiva. Cuando sintamos tristeza, tenemos que tener muy claro si la tristeza es provocada por empatía o por compadecernos de la persona.

Culpa

Normalmente cuando un ser querido se autolesiona nos provoca culpa. Puedes sentir, por ejemplo, como si tu hubieras hecho algo que causó que tu amigo o familiar se hiciera daño a propósito. A lo mejor piensas que no fuiste un buen padre, una buena pareja o un buen amigo o amiga. Quizás sientes que no le brindaste suficiente amor, cariño o atención. Te puede preocupar que a lo mejor no estuviste muy presente en su vida, o que no lo escuchaste lo suficiente. En términos generales, este sentimiento de culpa no es ni apropiado, ni necesario, ni de utilidad.

Tu no puedes hacer que una persona actúe como actúa. Tus conductas o su falta, definitivamente pueden influenciar las percepciones, creencias, conductas y emociones de otra persona, pero esta influencia no tiene nada que ver con forzar o hacer que alguien haga algo. No importa que hiciste o que no hiciste, tu no hiciste que nadie se hiciera daño, NO es tu responsabilidad que agarren una navaja y se corten. Incluso bajo las circunstancias más extremas, la gente siempre puede elegir lo que hace.

La culpa que sientes, aunque sea una reacción normal al saber que un ser querido se autolesiona, no es particularmente de utilidad. Sería más útil si logras sobrepasar los remordimientos y no lamentarte para así enfocar tu energía en una dirección más positiva y útil. Habla con tu ser querido y pregúntale como le puedes ayudar. En la última sección vienen una serie de ideas de cómo hacerlo.



Lo que llegas a pensar
Primera reacción

Cuando uno se entera que una persona cercana se hace daño físico propositivamente, es muy normal que se nos vengan a la cabeza los siguientes pensamientos:
- Es mi culpa
- Yo lo puedo arreglar
- Está loca/loco
- Esto va a cambiar nuestra relación
- No es la persona que yo pensaba que era
- Lo hace para manipularme
- Me ha estado engañando

Si se considera de manera objetiva, muchos o incluso todos estos pensamientos son equivocados, y pueden fácilmente influenciar de manera negativa tus sentimientos. Es importante estar conscientes de los pensamientos que uno tiene con respecto a la auto-lesión ya que pueden dañar la relación que uno tiene con su ser querido. Platicarlos con alguien que entienda del tema o que pueda empatizar con lo que está sintiendo sirve para poner los pensamientos en perspectiva

No lo tomes de manera personal

La conducta de autolesión trata más acerca de la persona que lo hace que acerca de las personas que se hallan a su alrededor. La persona por la que te preocupas, no se corta, quema, golpea, o lo que sea solamente para hacerte sentir mal o culpable. Aunque parezca manipulación, probablemente no sea ésa la intención. Generalmente las personas que se auto-lesionan NO lo hacen por ser dramáticas, enojar a otros, o afirmar algo. Lo hacen porque no tienen otras formas de manejar su dolor/angustia/enojo/tristeza.


Entiende tus propios sentimientos.

Se honesto contigo mismo en cuanto a lo que te hace sentir la conducta de auto-lesión. No pretendas fingir que estás bien cuando no lo estás - muchas personas sienten que la conducta de autolesión es repulsiva, espantosa, o provocante (Favazza, 1996; Alderman, 1997). Si necesitas ayuda para enfrentar los sentimientos que té despierta la conducta de auto-lesión, busca un buen terapeuta. Ten cuidado, sin embargo, de no tratar de conseguir "terapia sustituta" para el miembro de tu familia o amigo - lo que suceda en tus sesiones de terapia deberá permanecer entre tu y tu terapeuta.

No pidas a tu terapeuta que intente diagnosticar o que trate a la persona en cuestión, y si el autolesionador b usca tratamiento, asegúrate de que vea a un terapeuta diferente al tuyo. No le platiques el contenido de tus sesiones de terapia más que en términos muy generales, y nunca digas algo como "Mi terapeuta dice que deberías..." La terapia es un instrumento para el auto-entendimiento, no para conseguir que otros cambien.



Qué hacer y qué no

Infórmate

Consigue toda la información que te sea posible sobre la conducta de autolesión.Este sitio es un buen comienzo; Hay literatura en inglés que puede ser de utilidad (en particular, Bodies Under Siege escrito por Favazza, The Scarred Soul por Alderman, y A Bright Red Scream por Strong). El libro de Favazza tiene un tono más académico; el libro de Alderman está orientado hacia la autoayuda; y el libro de Strong presenta la voz de autolesionadores que hablan de lo que hacen y por qué - esto te permitirá entrar en la mente de quienes se auto-lesionan. Todos contienen mucha información y consejos valiosos.

Esperamos poder tener pronto material en español.

Se comprensivo sin reforzar la conducta

Es importante que tu amigo, pareja, hijo, hermano sepa que tu puedes separar lo que ellos son de lo que ellos hacen, y que tu los amas independientemente de que se autolesionen. Está disponible lo más que puedas. Pon aparte tus sentimientos personales de miedo o repulsión por la conducta y enfócate en lo que le está pasando a la persona.

Algunas buenas formas de demostrar tu apoyo incluyen:

-No evites el tema de la autolesión. Deja que se sepa que estás dispuesto hablar, y que si no tratas el tema de manera espontánea sin que se te invite, es porque respetas su espacio, no debido a aversión.

-Para iniciar el acercamiento puedes decir: "Sé que a veces te haces daño y me gustaría entenderlo. La gente lo hace por muchos motivos; si pudieras ayudarme a entender el tuyo, te lo agradecería". No insistas después de esto; si la persona dice que preferiría no hablar de ello, acéptelo tranquilamente y deja el tema, sólo recuérdele que estás dispuesto a escuchar si alguna vez quiere hablar de ello.

-Muéstrate disponible. Tu no puedes servirle de apoyo a alguien si no estás, tanto emocionalmente como físicamente.

-Establece límites razonables. "No puedo manejar el dirigirme a ti mientras te estás cortando, porque me importas muchísimo y me duele demasiado verte hacer eso" es una declaración razonable; ahora un ejemplo de un comentario nada razonable si tu objetivo es mantener una buena la relación. "Dejaré de quererte si te sigues cortando".

-Deja claro con tu actitud que la persona no tiene que autolesionarse para conseguir que tu le demuestres tu amor y preocupación. No le retires tu amor. La manera de evitar reforzar la auto-lesión es ser consistente en tu compasión, de modo que cuidar a la persona después de que se lesione no sea nada especial o extraordinario.

-Proporciónale distracciones si es necesario. Algunas veces con sólo distraerse (llevándolo a ver una película, a un paseo, salir para tomar un helado; hablar sobre cosas que no tienen nada que ver con las auto-lesiones) puede funcionar de maravilla. Si la persona se siente deprimida, a veces puede ayudar traerle algo agradable y divertido a sus vidas. Esto no significa que debes de ignorar sus sentimientos; puedes reconocer que se siente terrible y aún así hacer algo agradable y entretenido. Esto NO es lo mismo que tratar de persuadirlo o decirle que deje que se le pase - en un intento por romper un ciclo negativo inyectando algo positivo. Podría ser tan simple como traerle una flor a la persona. No esperes que tus esfuerzos sean una cura permanente; ésta es una simple técnica de mejorar el momento.

-Si vives aparte de la persona que se hace daño, ofrécele un espacio físico seguro: "Estoy preocupado por ti; ¿vendrías a dormir a mi casa esta noche?" Aunque la oferta sea rehusada, sólo saber que se cuenta con ella puede ser consolador.

-No preguntes "¿Hay algo que pueda hacer?" Busca cosas que puedas hacer y pregunta "¿Puedo?" Las personas que se sienten realmente mal, a menudo no pueden pensar en nada que pudiera hacerles sentir mejor; preguntarles si puedes llevarlas a ver una película o lavar aquellos platos (de meses) puede ser de verdadera ayuda. Los actos espontáneos de gentileza ("vi esta flor en la tienda y sabía que te gustaría") funcionan de maravilla.

Cuídate a ti mismo

Suena a trabajo duro, y lo es. Y si tratas de apoyar totalmente a alguien por más de 24 hrs. 7 días a la semana, vas a consumirte (y no va hacer nada provechoso para ti ni para nadie). Tendrás que encontrar modos de asegurarte que tus necesidades estén siendo satisfechas.

Descansa un rato cuando lo necesites. Cuando establezcas límites, recuerda que sin importar cuánto ames a esa persona, a veces tendrás que escaparte de ella un ratito. Dile que a veces tienes que recargar baterías, lo cual no afecta tu amor por ella. A menos que sea un caso de crisis de vida o muerte, tómate tus espacios.

El equilibrio aquí es complicado, porque si te vuelves cada vez más distante, podrías conseguir una reacción de aumento de niveles de crisis de la otra persona. Si tu le haces saber que no tiene que estar a punto de morir para conseguir tu amor y atención, podrás tomarte descansos sin sobrexcitar a la persona. La clave está en desarrollar la confianza, un proceso que tomará algún tiempo. Una vez que le demuestres que eres alguien que no vas a marcharte a la primera señal de problema, podrás marcharte en tiempos de no crisis sin provocar una respuesta de crisis.


El ultimátum NO funciona. Nunca.

Amar a alguien que se autolesiona es un ejercicio de conocer tus limitaciones. Sin importar cuánto te preocupes por alguien, no puedes obligarle a comportarse como tu preferirías que lo hiciera. La experiencia de mucha gente indica que los ultimátum No funcionan. Algunas veces la conducta de autolesión se suprime un ratito, pero cuando inevitablemente emerge es a menudo más destructiva e intensa de lo que había sido antes. A veces la conducta se vuelve clandestina.

La primera vez que yo abrí el tema de que me hacía daño con una persona, ésta me puso un ultimátum. Mi respuesta fue seguirlo haciendo sin contarle, e incluso por coraje, lo hacía más.

La confiscación de herramientas usadas para la auto-lesión es menos que inútil - solamente anima a la persona a ser más creativa para buscar implementos. La gente ha logrado cortarse con utensilios de plástico para comer.
Los castigos solamente alimentan el ciclo de auto-odio e irritabilidad que conducen a la auto-lesión. Los remordimientos de culpa hacen lo mismo. Las dos situaciones son increíblemente comunes y ambas hacen las cosas infinitamente peores. La falacia principal aquí está en creer que la auto-lesión trata sobre ti; casi invariablemente no es así.
Acepta tus limitaciones.

Reconoce el dolor de tu ser querido

Aceptar y reconocer que a alguien le duele algo no hace que el dolor desaparezca, pero puede hacerlo más soportable. Hazle saber que entiendes que la auto-lesión no es un intento de ser voluntarioso o de hacerte la vida difícil o desagradable; reconoce que es causada por un dolor genuino que ellos no pueden manejar de otro modo. Transmite la esperanza sobre la posibilidad de aprender otros modos de enfrentar el dolor. Si la persona está abierta a ello, habla sobre posibilidades de tratamiento.

No fuerces las cosas.

Si haces propuestas y son rechazadas, renuncia a ellas durante unos días o semanas. No presiones. Algunas personas necesitan tiempo para decidir confiar en alguien más, en particular si han recibido antes mucha reacción negativa sobre su conducta de autolesión. Se paciente.
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¿Dejar de hacerlo?

Antes de que te dejes de hacer daño, Alderman (1997) sugiere hacerte a ti misma(o) las siguientes preguntas. No es necesario poder contestar afirmativamente todas las preguntas, pero las más que puedas lograr, será más fácil dejar de auto-lesionarte

** Tengo una red de apoyo emocional sólido de amigos, familia y/o profesionales que puedo utilizar cuando tengo la necesidad de hacerme daño.

** Hay por lo menos dos personas a las que les puedo hablar si me quiero hacer daño.

**Puedo hablar sin sentirme muy incómoda(o) de la autolesión con al menos tres personas

**Tengo una lista de al menos 10 cosas que puedo hacer en lugar de lastimarme.

** Tengo un lugar a donde ir si tengo que salir de mi casa para no tener que hacerme daño.

** Siento la confianza en mi misma(o) de poder deshacerme de los utensilios que me pueden servir para hacerme daño

** Ya les dije a por lo menos dos personas que voy a parar de autolesionarme

** Estoy dispuesta(o) a sentirme perturbada(o), asustada(o) y frustrada(o).

** Tengo la confianza en mí misma(o) de que puedo pensar en hacerme daño sin llegar a hacerlo.

** Quiero dejar de hacerme daño.


Si no estás lista o listo, no importa, lo estarás en el momento que sea el indicado para ti.
Si te sientes preparada(o) para dejar de hacerte daño, a continuación hay varias ideas de cómo lograrlo.

¿Cómo empiezo a dejar de hacerme daño?

Hay varias estrategias que se pueden utilizar para cuando se está en un momento de crisis y te surge la necesidad de hacerte daño. Una estrategia que me ha funcionado es el hacer cualquier cosa que no sea hacerme daño y que produzcauna sensación intensa: agarrar hielo con la mano y apachurrarlo, tomar una ducha bien fría o un baño calientito, morder un chile verde, ponerte Vicks Vaporub®debajo de la nariz, etc. El hacer corresponder una emoción a una acción es algo que puede ser muy útil.

Estas estrategias funcionan debido a que las emociones intensas que provoca la auto-lesión son transitorias; vienen y van como olas de mar, y si logras mantenerte de pie en una de ellas tendrás la oportunidad de respirar antes de que llegue la siguiente. Las más olas que logres tolerar sin caer, lo más fuerte que te volverás.

Claro que surge la pregunta: ¿no son estas estrategias equivalentes al castigo que te impones al cortarte, quemarte, o pegarte? La diferencia crucial es que no producen resultados que perduran. Si exprimes en tu mano hielo hasta que se derrita, o si metes un par de dedos dentro de un bote de helado por unos minutos, te va a doler mucho, pero no va a dejar cicatrices. No va a dejar ninguna huella que luego tengas que explicar de donde vino. Lo más probable es que no te sientas culpable después de hacerlo, a lo mejor un poco tonta, o bien algo orgullosa de que pudiste salir de la crisis sin auto-lesionarte, pero no culpable.

Este tipo de ‘distracción’ no sirve para curar los orígenes y entender las razones de auto-lesionarte: sirve para empezar a tener una opción diferente que la quemada, la cortada, el pegarte. Estas técnicas sirven para ayudarte a sobrepasar momentos intensos y difíciles sin a la larga hacer las cosas peores. Son técnicas que te enseñan como salir de una crisis sin hacerte daño. Las vas a ir refinando, e incluso desarrollando tus propios y mejores mecanismos para disminuir la necesidad de hacerte daño y reducir el papel tan preponderante que ocupa en tu vida.

Usa estos métodos provisionales para demostrarte que puedes manejar situaciones difíciles sin hacerle daño a tu cuerpo. Cada vez que uses estas técnicas, logras que para la próxima crisis la autolesión sea una opción menos probable y tengas la capacidad de hacer algo diferente.

Tu primera tarea cuando ya hayas decidido dejar de hacerte daño es romper el ciclo, forzarte a intentar nuevos mecanismos para hacer frente a la crisis. Y es verdad que te tienes que forzar hacerlo, no llega solito. Tienes que trabajarle, que luchar, tienes que hacerte hacer las cosas de manera diferente. Cuando tomas el cuchillo, o el encendedor, o te preparas para darte contra la pared, tienes que conscientemente tomar una decisión de hacer algo diferente.

A lo mejor al principio haces algo muy ‘primitivo’, o te castigas de alguna manera, no le hace. Lo importante es que tomaste una decisión, elegiste hacer algo diferente. Inclusive aunque no logres tomar la decisión, para la próxima tienes ya la conciencia de que puedes hacer algo diferente. Y si la próxima crisis decides hacerte daño, sabrás que tú lo elegiste, lo cual implica que existe otra alternativa. Lo que logramos es quitar tu impotencia ante la situación.

Si te vas hacer daño, toma tus precauciones

Algunos aspectos que tienes que tener en mente si decides hacerte daño:

**No compartas los utensilios para cortarte: puedes adquirir las mismas enfermedad que si compartes agujas (hepatitis, SIDA, etc.)

**Mantén limpios tus utensilios

**Trata de mantener las cortadas lo más superficial posible. Ten a la mano el botiquín de primeros auxilios, y aprende qué hacer en caso de emergencia

**Haz el mínimo requerido para tranquilizarte. Pon límites. Decide cuánto te vas a permitir hacer (cuántas cortadas, quemadas, moretones, que tan profundos y severos, cuánto tiempo te vas a dedicar a lastimarte). Mantente en los límites que decidiste. Si logras esto, aunque sea vas a tener cierto control sobre tu auto-lesión.

**Si te vas a quemar, cuídate que no sea una quemada de tercer grado, ya que tendrás que ir al hospital y las curaciones son de lo peor. Mantén tus quemadas de primer o segundo grado y que sean pequeñas.


Entendiendo la necesidad de sentir el dolor

La autolesión sirve para provocar un dolor, el cual se le define como ‘dolor simulado”.
El concepto de “dolor simulado” ayuda a explicar porqué las habilidades de manejar y tolerar la angustia son tan cruciales.

De lo que he leído, compartido con otros que se autolesionan y mi propia experiencia, estoy convencida de que la razón por la que la gente se auto-lesiona es para desviar un dolor desconocido y que aterra en algo comprensible, real y concreto. El dolor interno incomprensible que se siente se hace manejable al realizar un “dolor simulado” o un “pseudo dolor”. El llamar este fenómeno un “dolor simulado” no implica de ninguna manera que no duele: duele y mucho.

Cuando los pensamientos, los recuerdos, creencias o eventos que suceden son excesivamente dolorosos, en lugar de enfrentarlos de frente y sentir el dolor ‘genuino” que provocan, desviamos la angustia que esto provoca en dolor físico, el cual podemos entender, sentir y controlar, como es el dolor provocado por la autolesión: es un dolor físico que simula el dolor real.

El dolor real que se asocia al pensamiento, al recuerdo, o al evento lo tratamos de evitar, y de manera consciente o inconsciente sentimos la necesidad y el deseo de provocarnos dolor físico. El dolor físico o simulado duele muchísimo, pero es controlable y familiar; en cambio el dolor real que estás evitando da miedo, no lo puedes definir y se entremete en tu vida y en tus entrañas, sin manera de controlarlo. A lo mejor sientes que si entras en contacto con el dolor real vas a perder control: “si empiezo a llorar, nunca voy a parar” o bien “si me enojo nunca voy a para de gritar o agredir”

Es muy fácil acudir al dolor simulado, al dolor provocado por la auto-lesión. El tratar de encontrar la fuente de tu malestar puede dar mucho miedo, ya que no sabes con que te vas a encontrar cuando desenmarañes tu sentir.

En lugar de enfrentar la raíz de tu angustia, inconscientemente la desvías lejos de tus recuerdos o sentimientos que la generaron hacia la auto-lesión. El hacerse daño es muy seductor: tu lo controlas. Conoces los límites, aun si te sientes fuera de control. Hace sentido y logra que la angustia se vaya, aunque sea por un rato.

La auto-lesión es un mecanismo muy astuto: toma lo que parece insoportable y lo transforma en algo que puedes controlar. El único problema es que cuando desvías el dolor nunca te enfrentas a él y por lo tanto nunca se va a disminuir su intensidad. Regresa y regresa y tienes que seguir cortándote o quemándote.

Vas a tener que enfrentarte a lo que es insoportable si quieres en algún momento que ya no tenga tanto poder sobre ti. Cada vez que logres enfrentarte cara a cara con el dolor real, lo puedas sentir y tolerar, va a ir perdiendo su habilidad de tumbarte y eventualmente se convertirá en un recuerdo.

Para esto necesitas ir construyendo tolerancia a la angustia y al miedo. Tienes que ir enfrentando poco a poco (con ayuda de un terapeuta entrenado) los eventos que te han llevado hasta aquí. El ir compartiendo tus miedos, tus temores, tus vergüenzas, tu coraje, tu tristeza, vas quitándoles la fuerza de hundirte, y así poco a poco se van volviendo recuerdos de tu pasado y no enemigos de tu presente.
 
 

Corresponder la emoción con una acción


Corresponde tu EMOCIÓN con una acción


Te sientes: Enojada-Frustrada-Desesperada

o Haz algo físico y violento:
o Aplasta latas de aluminio lo más rápido que puedas
o Truena una botella de plástico vacía
o Avienta hielos para que se desbaraten
o Grita lo más fuerte que puedas
o Deshaz una camiseta vieja
o Haz 50 lagartijas

Te sientes: Triste - Deprimida


• Úntate una crema o loción en las partes del cuerpo que te quieres dañar
• Acurrúcate entre almohadas con un chocolate caliente
• Tómate un baño de agua caliente con burbujas
• Haz algo lento y acogedor
• Escucha música suave

Ansias la sensación- te sientes despersonalizada

o Apachurra con muchas ganas hielo (realmente sí duele)
o Mete uno o varios dedos en comida congelada (o helado) por un minuto
o Úntate debajo de la nariz un ungüento con olor fuerte y penetrante
o Ponte una liga alrededor de la muñeca, estírala y suéltala
o Toma una ducha bien fría

Te sientes: Dispersa


• Haz una actividad que requiera concentración, y que sea divertido
• Juega un juego de computadora: tetris, minas, carta blanca
• Agarra un manojo de pasitas y cómete cada una poniendo mucha atención en cómo se siente en tu mano, en su olor, la sensación en tus labios, en tu lengua y mastícala lentamente.

Quieres ver sangre o marcas

o Píntate con un plumón rojo en los lugares donde te quieres cortar
o Toma una botellita con colorante comestible de color rojo. Caliéntalo dentro de una taza de agua caliente por unos cuantos minutos. Destápalo y utiliza la botellita como si fuera cuchillo, para que vaya saliendo el líquido rojo y calientito.
o Toma hielo y coloréalo con cinco o seis gotas del mismo líquido rojo. Agarra el hielo y utilízalo como si fuera un cuchillo.


pero ................

Ya lo hice, y no se me van las ganas

Intenta contestar las siguientes preguntas:

- ¿Por qué me quiero hacer daño?

- ¿Puedo hacer algo en lugar de lastimarme?

- ¿Puedo evitar lo que estoy sintiendo?

- ¿Cómo me voy a sentir después de lesionarme?

- ¿Me quiero hacer daño?

Todavía me quiero hacer daño
No te desesperes
No te sientas mal
Cada vez será más fácil no hacerlo

CUÍDATE

Que tus lesiones sean las MÍNIMAS necesarias
Cuida tus heridas -> primeros auxilios
Mañana será otro día

Para antes de autoagredirte

Para antes de AL

En esta sección te brindamos dos estrategias para ayudarte a tener control sobre la autolesión .

Una estrategia es la de contestar las siguientes preguntas (escritas por Kharre). Estas te pueden ayudar a evaluar lo que te está pasando en este momento. Al contestarlas antes de hacerte daño (cortarte, quemarte, pegarte, etc.), puedes estar seguro/a que hiciste lo mejor que pudiste para evitarlo.

Una buena recomendación es no hacerte daño hasta no haber contestado todas las preguntas. Mi experiencia es que, aunque al principio lo contestaba muy escuetamente y luego me lesionaba, al pasar el tiempo cada vez lo contestaba de manera más completa y eso me permitía tener más control sobre si me quería hacer daño o no. Al hacer este ejercicio por más de dos años, las respuestas me fueron ayudando a entender más mi proceso de autolesión, a identificar las emociones o sucesos que me llevaban a autolesionarme, lo que estaba logrando con las quemadas (por ejemplo, auto-cuidarme) y tener diferentes opciones para no hacerlo. Las preguntas más importantes son la 4, 5 y 6.

Para que sea más fácil contestarlas, puedes hacerlo en la computadora (en proceso), o bien le puedes sacar varias copias y tenerlas a la mano para contestarlas cuando te surja la necesidad de hacerte daño.

Preguntas:

1. ¿Porqué siento la necesidad de hacerme daño? ¿Qué fue lo que me trajo a este punto?

2. ¿Me he sentido así antes? ¿Qué hice para manejar la situación? ¿Cómo me sentí de manejarla de esa forma?

3. ¿Qué he hecho hasta ahora para aliviar este malestar? ¿Qué otra cosa puedo hacer que no me lastime?

4. ¿Qué acción correspondería a mi emoción?

5. ¿Cómo me siento en este momento?

6. ¿Cómo me voy a sentir mientras me hago daño?

7. ¿Cómo me voy a sentir después de hacerme daño?

8. ¿Puedo evitar lo que estoy sintiendo? ¿En un futuro, habrá una mejor manera de manejarlo?

9. ¿Necesito hacerme daño?

¿Porqué se recurre a la autolesión?

 

Este puede ser el aspecto de la autolesión (automutilación) que más intriga a la gente que no lo hace. ¿Por qué alguien escoge hacerse daño físico a sí mismo? Debido a que la mayoría de la gente no se puede imaginar a sí mismos haciendo tal cosa bajo ninguna circunstancia, muchos rebajan a la autolesión como una conducta “sin sentido” o “irracional”. Y a primera vista, en efecto, eso es lo que parece.

Generalmente la gente hace cosas por razones que les hace sentido a ellos mismos. Las razones pueden no ser claras o puede que no encajen en nuestro marco de referencia, pero existen, y el reconocer su existencia es crucial para entender la autolesión. El entender las razones detrás de un acto particular de autolesión ayuda a comprender las habilidades que están haciendo falta para manejar situaciones estresantes. Cuando sabes qué habilidades faltan, entonces puedes tratar de empezar a introducirlas.

Hay que tener muy claro que la gente que se autolesiona (automutila) no piensa en función de que si dejan la autolesión estarían actuando de manera “normal”. La gente que se autolesiona no tiene alternativa, ya que sienten que si no lo hacen van a perder control de la situación y posiblemente se tengan que suicidar. La autolesión se convierte en una elección forzada para hacer frente a sus miedos, angustias, tristezas.

Motivaciones psicológicas

Una gran cantidad de artículos proponen las posibles motivaciones que llevan a la conducta de auto-lesión, recopilado de los que se autolesionan dicen que la AL hace por ellos (Miller, 1994; Favazza 1986, 1996; Connors, 1996a, 2000; Solomon & Farrand, 1996; Ousch et al., 1999; Suyemoto, 1998; entre otros):

- Escapar del sentimiento de vacío, de irrealidad, de la depresión

- Acabar con la tensión

- Encontrar alivio: cuando emociones intensas se van acumulando, la gente que se auto-lesiona se sienten atosigados y no saben como hacer frente a la situación. Al causar un dolor, reducen el nivel emocional y fisiológico acumulado a uno que sea manejable.

- Calmar el odio: muchos autolesionadores tienen dentro de ellos enormes cantidades de rabia. Por el miedo a expresarla, se lesionan como método de airear sus emociones.

- Abandonar el adormecimiento emocional: muchos dicen que para sentiralgo, para saber que siguen vivos, requieren sentir algo concreto y real como es el dolor físico de una auto-lesión.

- Estar en la realidad: para manejar los estados de despersonalización y disociación, un dolor físico puede regresarlos a la realidad.

- Elemento de seguridad o sentimiento de valía: la autolesión como herramienta que da seguridad y les da una sensación de valor.

- Lograr un estado de euforia, para lograr manejar la situación en la que se encuentran

- Prevenir el suicidio

- Forma de expresar dolor emocional el cual ya no pueden soportar

- Influenciar la conducta de otros

- Comunicar a otros la gravedad de su desesperación

- Comunicar a otros la necesidad de ayuda

- Expresar o reprimir su sexualidad

- Expresar o manejar sentimientos de enajenación

- Validar su dolor emocional: las heridas sirven como evidencia de que sus sentimientos son reales.

- Continuar con patrones de abuso: en lo general los auto-lesionadores sufrieron abuso (sexual, verbal o físico) en su infancia.

- Castigarse a uno mismo por ser “malo” o “mala”

- Obtener un alivio bioquímico: hay la idea de que los adultos que fueron repetidamente traumatizados cuando niños, les cuesta mucho trabajo lograr regresar a un estado base “normal”, y en cierto sentido, se vuelven adictos a estar en crisis. La autolesión puede perpetuar este tipo de estado de crisis.

- Desviar la atención (tanto interna como externa) de temas que son muy dolorosos para abordar o analizar: el dolor físico substituye al dolor real.

- Ejercer una sensación de control sobre el cuerpo de uno mismo

- Prevenir que algo peor suceda.

En una teoría expuesta por Miller (1994) en la que combina las tres categorías, explica el porqué la mayoría de las personas que se autolesionan (automutilan) son mujeres. Las mujeres socialmente no se les permite expresar la violencia y agresión que tienen de manera abierta, y cuando se confrontan con su propia rabia tienden a expresarla hacia adentro.

Miller dice que “los hombres actúan hacia fuera, las mujeres actúan hacia fuera actuando hacia dentro”. Otra razón por lo que hay más mujeres que hombres que se auto-lesionan, es que los hombres socialmente están acostumbrados a reprimir sus emociones. En vista que la autolesión resulta en parte de una invalidación crónica, de decirte que lo que se sientes está mal o equivocado o inapropiado (Linehan, 1993ª), se podría así explicar la disparidad de género entre los que se auto-lesionan: los hombres en general fueron educados a contener sus emociones para sí mismos.

Alexitimia


Alexitimia es un constructo psicológico bastante reciente que describe el estado de no ser capaz de describir las emociones que uno está sintiendo. La alexitimia fue relacionada con conductas de auto-lesión en un estudio de Zoltnick, et al (1996). Este estado es congruente con el estado emocional de la gente que se hace daño antes de causar la herida: con frecuencia no pueden especificar ningún sentimiento que estaban experimentando.

Esto es muy importante para comprender la función comunicativa que tiene la autolesión (automutilación) : “En lugar de usar palabras para expresar los sentimientos, una comunicación alextímica es un acto dirigido a lograr que los demás sientan esos mismos sentimientos” (ídem)

Desarrollo de capacidades e invalidación

Una de las teorías constructivistas de la conducta de autolesión (Deiter, Nicholls, & Pearlman, 2000), sostiene que en general la gente que se auto-lesiona no desarrollaron tres capacidades importantes:

- la habilidad de tolerar emociones fuertes

- la habilidad de mantener un sentido de auto-valoración

- la habilidad de mantener la sensación de conexión con otros

La primera se refiere directamente al papel que tiene la autolesión en lograr regular las emociones; las otras están más relacionadas con la función comunicativa de AL.

Pearlman et al (2000) hacen notar que cuando los “niños se les avergüenza o les aplican el castigo retórico, o bien respuestas violentas y físicas en lugar de palabras sensibles” no logran internalizar que los demás son cariñosos y por lo tanto no logran desarrollar la capacidad de mantener cierto sentido de conexión con otros.

La habilidad para percibir, tolerar e integrar emociones fuerte no se puede desarrollar del todo cuando los sentimientos intensos que uno tiene son recibidos con castigo, incredulidad o burla. Tener la sensación que algunos sentimientos no son aceptables ni permitidos también imposibilita desarrollar esta habilidad.

Además, la habilidad de mantener un sentido de uno mismo como persona que vale, no se puede desarrollar cuando el niño o niña sienten que nunca son lo suficientemente buenos, cuando su existencia y logros son recibidos con silencio o con palabras o acciones déspotas.

Todas estas condiciones se encuentran en ambientes que propician la invalidación de la persona, lo cual ha sido relacionado con el uso de la auto-lesión en l futuro.

Para terminar, Haines y Williams (1997) encontraron que la gente que se hace daño reporta que para manejar situaciones estresantes utilizan más la estrategia de evasión, y perciben tener menos control sobre las opciones para enfrentar el problema. Este sentimiento de impotencia puede después convertirse en invalidación crónica que muchos auto-lesionadores experimentan.



Aspectos fisiológicos: lo que investigadores han encontrado

La gente que se hace daño tiende a ser disfóricos, es decir, experimentan un estado depresivo con un alto grado de irritabilidad y sensibilidad al rechazo todo con cierta base de tensión; este cuadro lo presentan incluso cuando no están activamente haciéndose daño.

El patrón que encontró Herpertz (1995) indica que hay algo, normalmente un estresor interpersonal, que incrementa el nivel de disforia y tensión a un nivel insoportable. Los sentimientos dolorosos se vuelven angustiosos, como si las emociones usuales y incómodas usuales que subyacen en su vida escalan a un máximo punto crítico. El hacerse daño tiene la función de lograr un alivio transitorio de estas emociones (niveles elevados de irritabilidad y sensibilidad al rechazo). Esta conclusión es apoyada por el trabajo de Haines y sus colegas.

Haines et al (1995) realizaron un estudio con dos grupos de sujetos, uno de autolesionadores y otro de no-autolesionadores. A ambos grupos se le llevó a través de fantasías guiadas. Cada sujeto experimentó los mismos cuatro escenarios en orden aleatorio: una escena en donde se tenían que imaginar agresión, una escena neutra, una escena con una lesión provocada por un accidente, y una escena donde la auto-lesión era imaginada.

El guión de las escenas tenía cuatro etapas: presentación del escenario, acercamiento al suceso, el incidente, y la consecuencia. Durante las fantasías guiadas, la reacción fisiológica y la subjetiva fueron medidos.

Los resultados fueron sorprendentes. No hubieron diferencias en las reacciones de los sujetos en los primeros tres escenarios (agresión, neutro y accidente). En el escenario de auto-lesión, el grupo control (de sujetos no-autolesionadores) su reacción al estímulo subió a niveles muy altos y se mantuvo ahí durante toda la fantasía, a pesar de las instrucciones de relajación que se presentaban en la etapa de “consecuencias”. En contraste, los autolesionadores experimentaban un incremento en su reacción en las etapas de escenario y acercamiento, hasta que se llegaba a la decisión de la auto-lesión. En ese momento su tensión disminuía, incluso más abajo que durante la etapa del incidente, y permanecía con niveles bajos.

Estos resultados proporcionan fuerte evidencia de que la autolesión provee un alivio rápido y efectivo de tensión fisiológica. Haines at al explican que muy a menudo los auto-lesionadores no son capaces de dar explicaciones del porqué se hacen daño. Los participantes reportaron que seguían teniendo sentimientos negativos aún cuando la reacción psico-fisiológica se hubiera reducido. Este resultado sugiere entonces que es la alteración de la reacción psico-fisiológica es la que opera para reforzar y mantener la conducta, no la respuesta psicológica.

En otras palabras, la autolesión puede ser preferido como un método para manejar los estados emocionales alterados debido a que tranquiliza al cuerpo de manera rápida y dramática, incluso cuando la gente que se autolesiona pueda tener sentimientos muy negativos después del episodio. Se sienten mal, pero la tremenda presión y tensión psico-fisiológica desaparece. Herpertz et al (1995) lo explican de la siguiente forma:

Como resumen, podemos decir que los autolesionadores normalmente desaprueban de sentimientos e impulsos de agresivos. Si no logran suprimirlos, nuestros hallazgos indican que los dirigen hacia ellos mismos. Esto es congruente con lo que dicen los pacientes, en que consideran la auto-lesión como un acto que les ayuda a aliviar una tensión intolerable debido a un estresor interpersonal (p.70)

En un estudio de caso reciente (Sachsse et al, 2002), apoyan la idea de que los actos de autolesión reducen estrés fisiológico y por ende el emocional. En un grupo de mujeres que se auto-lesionan, midieron el nivel de cortisol por la noches. La secreción de cortisol se aumenta bajo estrés, por lo cual lo hace un excelente medidor de niveles de estrés. El estudio consistió en comparar los niveles de cortisol en los días que se auto-lesionaba y en los días que no lo hacían. El análisis de los resultados demostraron que en los días en que las mujeres se hacían daño, los niveles de cortisol fueron significativamente más bajos que en los demás días.

Otra teoría a cerca de la reducción de estrés, es la expuesta por Herman (1992). La mayoría de los niños que sufren abuso, descubren que una conmoción o sacudida a su cuerpo, como la producida por una autolesión, puede hacer que emociones intolerables se vayan aunque sea temporalmente. Esto puede explicar el porqué la autolesión se convierte en un mecanismo de sobrevivencia tan arraigado.

Química cerebral y la serotonina

La química cerebral tiene un papel importante en determinar quién se hace daño y quién no. Simeon et al (1992) encontró que la gente que se auto-lesiona tienden a estar extremadamente enojados, impulsivos, ansiosos y agresivos, y presenta evidencia que algunos de estos rasgos pueden estar ligados a falta de serotonina en el sistema cerebral.

Favazza (1993) refiriéndose a este estudio y al trabajo de Coccaro en irritabilidad, propone que a lo mejor gente irritable con niveles de función serotonina normales, logran expresar su irritabilidad hacia fuera, gritando o aventando cosas; gente que tiene una función baja de serotonina voltean su irritabilidad hacia adentro al hacerse daño o con actos suicidas.

Zweig-Frank et al (1994) también sugieren que el grado de la auto-lesión está relacionado con la disfunción de la serotonina. Recientemente, Steiger et al (2000), en un estudio con bulímicos, encontró que la función de la serotonina en mujeres bulímicas era significativamente más baja que en bulímicas que se auto-lesiona.
 
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Las causas



Trauma del pasado / invalidación como antecedente

Van der Kolk, Perry y Herman (1991) realizaron un estudio con pacientes que se cortaban y presentaban conductas suicidas. Encontraron que la existencia de abuso físico o sexual, negligencia física o emocional, y condiciones familiares caóticas durante su infancia y adolescencia, fueron componentes que permitieron predecir de manera confiable la cantidad y severidad de la cortada.

Concluyeron que la negligencia es el componente más poderoso para predecir conductas auto-destructivas. Esto implica que aunque traumas de la infancia contribuyen fuertemente a la iniciación de conductas auto-destructivas, la falta de relaciones y apegos que brinden seguridad y confianza hacen que la conducta se mantenga. Los sujetos que no se acordaban de niños sentir que eran especiales o queridos por alguien, como adultos fueron menos capaces de controlar su conducta auto-destructiva.

Mientras más temprano en la edad del paciente se dé el abuso, lo más probable que el sujeto se corte y ésta sea más severa.

En el mismo reporte, van de Kolk et al. hacen notar que la disociación y la frecuencia de experiencias disociativas parecen estar relacionadas con la presencia de actos de auto-lesión. La disociación en adultos ha sido relacionada con abuso, negligencia y traumas en la infancia. La teoría de que el abuso físico o sexual o el trauma son antecedentes importantes para la auto-lesión, también es expuesta en un artículo de 1989 del “American Journal of Psychiatry”. Greenspan y Samuel presentan tres casos en el que mujeres que aparentemente no tenían ningún antecedente psicopatológico, presentaron conducta de auto-lesión (cortarse) después de una violación traumática.

Invalidación independiente del abuso

Aunque el abuso físico o sexual y la desatención podrían precipitar conductas de auto-lesión, no implica que la inversa ocurra: muchos de los que se hacen daño no sufrieron ningún abuso en su infancia. En 1994 en un estudio realizado por Zweig-Frank et al. se demostró no haber relación alguna entre abuso, disociación y autolesión entre pacientes diagnosticados con el trastorno de personalidad limítrofe. Un estudio subsiguiente de Brodsky et al. (1995) indicó que el sufrir abuso como niño no implica que como adulto presente disociación y conductas de auto-lesión.

Debido a estos estudios y otras lecturas, se puede decir que hay una característica presente en la gente que se hace daño que no está presente en los que no lo hacen, y la causa es algo más sutil que el haber sufrido abuso en la infancia.

Linehan (1993ª) explica que la gente que se autolesiona (automutila) ha crecido en “ambientes de invalidación”. Aunque un hogar donde se presenta abuso existe la invalidación, también se presenta en otras situaciones “normales”. Un ambiente de invalidación es aquél donde la comunicación de experiencias privadas e íntimas es recibida por respuestas erráticas, inapropiadas o extremas. En otras palabras, lo dicho de una experiencia íntima o privada no es validado, en su lugar es castigado y/o trivializado. La experiencia de emociones dolorosas es negada. La interpretación que hace el individuo de su propia conducta, incluyendo la intención y motivación de la misma, es descartada.

La invalidación tiene dos características principales. La primera es que le dice al individuo que está mal y equivocado tanto en su descripción como es su análisis de su propia experiencia, particularmente en su punto de vista de lo que está causando sus emociones, creencias y acciones. La segunda, el individuo atribuye su experiencia a rasgos de personalidad que no son socialmente aceptados.

Las respuestas que invalidan pueden ser de diferentes formas:
“Estás enojada pero simplemente no lo admites”

“Dices que no pero lo que realmente quieres decir es sí, yo te conozco”

“Tu lo hiciste (algo que realmente no hiciste). Deja de mentir”

“Estás hipersensible”

“Simplemente eres una floja”

“No voy a dejar que me manipules de esa forma”

“Anímate, déjalo ir. Tú lo puedes sobrepasar”

“Si vieras el lado positivo de las cosas y dejaras de ser un pesimista ...”

“No estás tratando lo suficiente”

“Vas a ver, si quieres llorar te voy a dar algo por qué realmente llorar”

“¡Ah! Así es la vida (y sigue como si no hubieras dicho nada)


Todos tenemos la experiencia de haber sido invalidados en algún momento, pero para las personas que crecieron en ambientes de invalidación, estos mensajes los recibían constantemente. A lo mejor los padres tenían buenas intenciones pero se sentían tan incómodos con las emociones negativas que no permitían que sus hijos las expresaran, dando como resultado una invalidación no intencional. La invalidación crónica puede llevar a la auto-invalidación y auto-desconfianza a nivel subconsciente, y al sentimiento de “yo no importo” que van der Kolk et al. describieron.

Consideraciones biológicas y Neuroquímica
Las investigaciones que se han realizado bajo este rubro, consideran la hipótesis de que la autolesión (automutilación) resulta de una disminución de neurotransmisores cerebrales necesarios. Este punto de vista está justificado por la evidencia encontrada por Wichel y Stanley (1991). Ellos descubrieron que aunque los sistemas de dopamina y de opioide no están implicados en la autolesión, el sistema de serotonina sí lo está.

Drogas que logran que llegue más serotonina al cerebro parecen tener cierto efecto en la conducta de auto-lesión. Wichel y Stanley plantean la hipótesis de una relación entre este hecho y las similitudes clínicas entre el trastorno obsesivo-compulsivo (que se sabe que se le puede ayudar con drogas que aumenten los niveles de serotonina) y conductas de auto-lesión. Se dieron cuenta que algunas drogas que estabilizan el estado de ánimo (como Tegretol, Depakote) pueden estabilizar la conducta de hacerse daño.

Coccaro et al. (1997c) han realizado estudios para ver si el sistema de serotonina está implicado en la conducta de autolesión. Encontraron que la irritabilidad es la conducta central correlacionada con la función de serotonina, y que el tipo de conducta agresiva que se muestra en respuesta a la irritabilidad parece ser dependiente de los niveles de serotonina. Si los niveles de serotonina son normales, la irritabilidad se expresa gritando, aventando cosas, etc. Si los niveles de serotonina son bajos, la agresión aumenta y la respuesta a la irritación va en escalada hacia la autolesión, el suicidio o atacar a otros.

Simeon et al. (1992) hallaron que la conducta de auto-lesión (automutilación) estuvo considerablemente correlacionada negativamente con el número de sitios de unión de la imipramina en plaquetas (los autolesionadores tienen menos sitios de unión de imipramina en plaquetas, un nivel de actividad de la serotonina) y observan que esto "puede reflejar disfunción serotonérgica central con inhibición pre-sináptica de la liberación de serotonina. . . . La disfunción serotonérgica puede facilitar la autolesión".

Cuando estos resultados son considerados a la luz de trabajos como el de Stoff et al. (1987) y Birmaher et al. (1990), que vinculan los números reducidos de sitios de unión de la imipramina en plaquetas con la impulsividad y agresión, parece que la clasificación más adecuada para la conducta de auto-lesión podría ser un desorden del control de los impulsos similar a la tricotilomanía, cleptomanía, o juego compulsivo.

Herpertz (Herpertz et al, 1995; Herpertz y Favazza, 1997) ha investigado la forma en que los niveles de prolactina en la sangre responden a dosis de d-fenfluramina en sujetos que se autolesionan y sujetos que no lo hacen. La respuesta de la prolactina en los sujetos auto-esionadores fue deficiente, lo cual "sugiere un déficit en toda, y principalmente, la función central pre-sináptica 5-HT (serotonina)". Stein et al. (1996) hallaron un déficit similar en la respuesta de prolactina en el desafío a la fenfluramina en sujetos con trastorno compulsivo de la personalidad, y Coccaro et al. (1997c) hallaron que la respuesta de prolactina variaba inversamente con las puntuaciones en la escala de “Historia de Vida con Respecto a la Agresión”.

No está claro si estas anormalidades son causadas por experiencias de trauma/abuso/invalidación o bien si algunos individuos con este tipo de anormalidades cerebrales tienen experiencias traumáticas que les imposibilita aprender maneras efectivas de manejar situaciones estresantes, y por ende, sienten que tienen poco control sobre lo que les pasa y acaban por recurrir a la auto-lesión como mecanismo de sobrevivencia.


Saber cuando parar – el dolor no es un factor


Muchos de los que se autolesionan (automutilan) no logran explicar bien su conducta, pero lo que sí saben es cuando parar una sesión de auto-lesión. Después de cierta cantidad de heridas, su necesidad o desesperación es de alguna manera resuelta, y la persona se siente tranquila, calmada, en paz. Únicamente el 10% de los encuestados por Conterio y Favazza (1986) reportaron sentir “mucho dolor al lesionarse; el 23% reportaron dolor moderado, y el 67% reportaron tener poco o nada de dolor. En un estudio (Richardson y Zaleski, 1986) se les dio a los auto-lesionadores Naxolone, una droga que bloquea la acción de la reducción de dolor de las endorfinas producidas naturalmente por el cuerpo. Los resultados indican que no fue efectiva, es decir, seguían reportando sentir poco o nada de dolor. El dolor no influye en parar las lesiones. Haines et al. (1995) encontraron que la reducción de tensión psico-fisiológica es el propósito principal de la auto-lesión. Cuando cierto nivel de tranquilidad fisiológica se logra, el autolesionador ya no siente la urgencia de hacerle daño a su cuerpo. La falta de dolor puede ser debida a la disociación que ocurre en el momento, o bien en que la auto-lesión sirve para poder enfocarse al 100% en algo concreto y el resto de los estímulos son bloqueados, incluyendo el dolor físico y emocional.

 
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